Ser avalista de un préstamo significa que si la persona avalada no paga vas a ser tú quien lo haga.
Esto significa que ser avalista de un tercero puede acarrear dificultades para ti en el caso de que necesites solicitar un préstamo.
La respuesta a si se puede pedir un préstamo siendo aval de un tercero es compleja, y en general depende del tipo de aval que hayas firmado.
En este post vamos a aclararte todas tus dudas en este aspecto.
Qué es un aval
Un aval es un contrato en el que una persona se compromete a asumir las deudas de un tercero en el caso de que este tercero no lo haga.
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Dicho de otro modo, esto significa que si la persona avalada no paga su deuda acabarás pagándola tú. Esto significa de facto que estás asumiendo el compromiso de hacer frente a la deuda de una tercera persona en caso de que esta persona no quiera o no pueda hacerlo.
Es necesario aclarar que en el caso de los préstamos o créditos personales tanto el cliente como el avalista responden con todo su patrimonio presente y futuro para hacer frente a las deudas, no así en el caso de los préstamos hipotecarios.
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Qué obligaciones implica un aval
Firmar un aval significa aceptar las mismas obligaciones de pago que la persona que recibe el dinero. Esta definición se conoce como la de avalista solidario: tener las mismas obligaciones de pago que el cliente que ha recibido el dinero.
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Aparecerás en la CIRBE
Tanto el avalado como el avalista pasarán a formar parte del registro de la CIRBE (Central de Información de Riesgos del Banco de España), una base de datos dónde se registran todos los riesgos bancarios que superen los 1.000 €. La CIRBE es uno de los registros que utilizan las entidades bancarias a la hora de conceder préstamos, así que si has avalado por un importe mayor a los 1000 € tu nombre aparecerá ahí.
Puedes acabar en un registro de morosos
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Dado que avalar a un tercero significa como hemos visto asumir solidariamente la deuda del mismo, esto quiere decir también que en el caso de impago de este tercero y siempre que tú no puedas asumir la deuda, acabarás registrado en una base de datos de morosos cómo puede ser Asnef o Rai. En el caso de deudas muy abultadas verás embargadas tus nóminas, salarios e incluso bienes personales.
Qué ocurre en el caso de que tengas que actuar como avalista
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Si el tercero a quien has avalado no paga la deuda deberás asumirla tú. Sin embargo, la normativa marca que en el caso de que tú tengas que asumir la deuda tienes el derecho a reclamar a la persona avalada que te pague a ti. La normativa también permite que el avalista sólo avale parte de la deuda del avalado, lo que significa que no deberá asumir el 100% de la deuda en caso de impago de este. En cualquier caso deberás negociar todas estas condiciones con la entidad bancaria.
Los avales se heredan
Para terminar, recuerda que en el caso de fallecimiento de un avalista, dicho aval se traspasa a los herederos. En una herencia se transfieren tanto los bienes y derechos como los deberes, lo que significa que si una persona fallece pero es avalista de un tercero, dicho aval pasará a sus herederos. En el caso de que la persona avalada entre en quiebra serán los herederos del avalista quienes deberán hacerse cargo de la deuda.
¿Es posible pedir un préstamo si ya eres avalista?
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Pues depende. Cómo has visto ser avalista implica asumir el riesgo de un tercero, factor que tendrán en cuenta las entidades bancarias a la hora de concederte un préstamo a ti.
Si la deuda avalada es muy pequeña, o por ejemplo el avalado ya casi ha devuelto la totalidad del préstamo, entonces el riesgo será mínimo y puede ser que no tengas problemas para pedir otro préstamo.
Pero también puede ser que necesitas financiación justo después de haber firmado un aval por una cantidad notable, lo que significa que no podrás firmar préstamos para ti mismo durante algún tiempo hasta que la deuda se reduzca.
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¿Es posible dejar de avalar a un tercero?
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Existe la posibilidad de dejar de ser avalista, pero para ello se deberá llegar a un acuerdo con la entidad bancaria y el cliente principal debe aportar pruebas de ofrecer solvencia por sí solo.
En general el banco debe tener muy claro de que el cliente va a continuar pagando sus cuotas sin la presencia del avalista, pero puede ser que te cobre alguna comisión por el trámite y por modificar el contrato de préstamo. En este caso deberás consultar las condiciones contractuales de tu contrato de préstamo para obtener más información.