En este artículo vamos a resolver una cuestión cada vez más recurrente en la actualidad, en parte influenciada por el contexto económico que estamos atravesando, en el que está aumentando la dificultad para obtener financiación a través de los bancos. En esta coyuntura cada vez más personas están acudiendo a amigos y familiares para obtener liquidez mediante préstamos, a este fenómeno se le conoce como préstamos entre particulares.
Una de las peculiaridades de este tipo de préstamos es que suelen tener intereses asociados, ya que quien nos está prestando el dinero suelen ser familiares o personas muy cercanas a nosotros. Entonces aquí surge la pregunta, ¿qué consecuencias va a tener este préstamo en mi declaración de la renta?
Sin embargo, en muchas ocasiones este tipo de operaciones suelen derivar en problemas entre las partes, ya que cuanta mayor es la confianza, menores son las precauciones que se toman. Por este motivo cada vez más personas están siguiendo los procedimientos formales que dicta la legislación vigente para este tipo de operaciones, como realizar un contrato o ajustarse a las normativas fiscales que exige la ley. En este artículo vamos a ver cómo debe tributar un préstamo entre particulares.
El marco legal del IRPF en los préstamos entre particulares
En España, el marco normativo que regula este aspecto está recogido en la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y de modificación parcial de las leyes de los Impuestos sobre Sociedades, sobre la Renta de no Residentes y sobre el Patrimonio. Atendiendo a esta normativa los intereses de los préstamos entre particulares están considerados como rendimientos del capital mobiliario.
Concretamente está recogido en el artículo 6.5, donde señala lo siguiente “Se presumirán retribuidas, salvo prueba en contrario, las prestaciones de bienes, derechos o servicios susceptibles de generar rendimientos de trabajo o de capital”.
De igual modo, en el apartado 25.2 LIRPF, se hace alusión a las ganancias devengadas de la cesión a otra parte de capital propio, donde establece que cualquier contraprestación derivada de la operación, ya sea por intereses o cualquier otro tipo de remuneración será objeto de tributación.
Por lo tanto si analizamos estos apartados de la legislación vigente vemos que cualquier tipo de ganancia que estemos generando será considerada como rendimiento del capital mobiliario en nuestra declaración de la renta, y que a menos que probemos lo contrario, cualquier préstamo que efectuemos será considerado como retribuido.
¿Cómo funciona la tributación de los préstamos entre particulares?
Una pregunta muy recurrente a este respecto es ¿debemos pagar impuestos por los préstamos?, esta cuestión puede parecer confusa para la parte que recibe el préstamo, sin embargo no es tan extraña para el prestamista, que es quien obtiene beneficios con la operación. Los préstamos entre particulares son una opción cada vez más habitual para padres que quieren prestar ayuda financiera a sus hijos o incluso como una alternativa fiscalmente más atractiva para realizar donaciones.
Para aclarar la cuestión de cómo tributan los préstamos entre particulares, primero debemos establecer la diferencia entre la tributación por constituir el préstamo y los impuestos que refleja el préstamo en el IRPF.
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Tributación por constitución de préstamos entre particulares
La constitución de los préstamos entre particulares está recogida en el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos. Por suerte, aunque esté sujeto a este impuesto no será necesario pagar para constituir el préstamo.
Sin embargo es importante realizar el registro correspondiente en la agencia tributaria. Para ello sólo tendremos que informar a Hacienda acerca del préstamo y sus condiciones mediante el modelo 600 de la AEAT. No podemos dejar de cubrir este modelo y presentarlo de forma correcta, incluso si no estamos cobrando intereses por el mismo. De lo contrario la Agencia Tributaria podrá interpretar que ese importe se trata de una donación encubierta, lo que nos puede traer problemas en el futuro.
En internet se pueden encontrar numerosos modelos de contratos de préstamos, tanto con intereses como sin intereses. Una vez hayamos encontrado el modelo deberemos adaptarlo a nuestro caso en concreto, firmarlo, constituirlo y realizar el registro ante la Agencia Tributaria.
¿Cómo tributa un préstamo en el IRPF entre particulares?
Finalmente vamos a responder a la cuestión objeto de este artículo, pero antes de hablar sobre la fiscalidad en el IRPF de los préstamos entre particulares debemos establecer la diferencia entre el prestatario y el prestamista.
- El prestatario es el que recibe el importe, está libre de responsabilidades en su IRPF excepto si se da el caso de que es autónomo y el importe prestado tiene que ver con su actividad. Si se diera este caso podría deducir en su declaración los intereses pagados al prestamista.
- El prestamista es el que desembolsa el importe, y debe pagar impuestos por ello ya que los beneficios obtenidos de dicha operación tributan en el IRPF. Concretamente el beneficio que obtiene el prestamista está considerado un rendimiento de capital mobiliario.
El apartado del IRPF donde tributan los préstamos entre particulares es en los tipos de ahorro, que a continuación vamos a detallar según datos del año 2021:
- Los rendimientos de hasta 6.000 euros tributan a un 19%
- Los rendimientos de entre 6.000 y 50.000 euros tributan a un 21%
- Los rendimientos de entre 50.000 y 200.00 euros tributan a un 23%
- Los rendimientos que superen los 200.000 euros tributan a un 26%
La Agencia Tributaria utilizará el interés que se haya pactado entre las partes para calcular qué ganancia ha supuesto el préstamo para el prestamista. Y en el caso de que el préstamo haya sido pactado sin intereses entre ambas partes, deberá probarse ante Hacienda que es un préstamo gratuito, de esta forma no habrá que hacer frente a ningún pago dentro del IRPF por ese importe.
Además, es importante considerar que los préstamos entre particulares no solo implican aspectos financieros, sino que también pueden tener repercusiones en las relaciones personales. En ocasiones, las diferencias en cuanto a expectativas de pago o cambios en las circunstancias económicas pueden generar tensiones entre prestamista y prestatario, lo que subraya la importancia de establecer acuerdos claros y transparentes desde el principio.