En un post anterior de nuestro blog ya hablamos de los peligros y las desventajas de los préstamos instantáneos. Como vimos, este tipo de operaciones son de alto riesgo, ya que tienen unos intereses muy altos y normalmente no ofrecen periodos de devolución demasiado extensos.
Además, al tratarse de un préstamo personal, el cliente responde con todo su patrimonio presente y futuro para el pago.
En el post de esta semana vamos a hablar de una versión de estos préstamos instantáneos: los microcréditos. ¿Pueden llevarte a juicio si dejas de pagar un microcrédito?
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Los peligros de los microcréditos
Los microcréditos se conceden generalmente sin realizar un estudio de viabilidad o riesgo exhaustivo al cliente.
Esta gran flexibilidad otorga una falsa sensación de seguridad a la persona que lo solicita, creyendo que la empresa que comercializa este tipo de productos no va a solicitar unos intereses o plazos de devolución extremadamente ajustados.
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Sin embargo, los microcréditos y préstamos instantáneos son uno de los productos de financiación más costosos disponibles en el mercado. En el caso de que el cliente no cumpla con los plazos y formas de pago acordados, los intereses de demora se acumulan de manera exorbitante, lo que puede resultar en una deuda que duplica o triplica el monto inicial solicitado, e incluso más.
Dado que las empresas que venden estos productos no realizan prácticamente ningún estudio de riesgo del cliente que contacta con ellas, muchos clientes se ven atrapados en el círculo vicioso de seguir pidiendo microcréditos para pagar los microcréditos anteriores.
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Así se llega a la situación de acabar debiendo una cantidad de dinero totalmente impagable, abultada por unos intereses de demora que siguen acumulándose sin respiro y esta situación acaba por acarrear problemas legales al solicitante.
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¿Puedes acabar en un juicio por no devolver uno de estos créditos?
La respuesta es que sí, la empresa acreedora puede llevarte a juicio si dejas de pagar sus créditos, especialmente si el retraso en los pagos es ya muy abultado y has solicitado varios créditos con ellos (y todos están impagados).
No obstante, si los intereses que te está solicitando la empresa acreedora son excesivamente abultados, puedes acogerte a la ley de usura para que la deuda sea declarada ilegal.
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En qué se basa la ley de usura y cómo puede ayudarte
La ley de usura otorga el derecho a anular aquellos contratos de préstamos que tengan tipos de interés objetivamente excesivos, considerándolos operaciones usurarias. Si un juez determina que un préstamo es usurario, el deudor solo estará obligado a devolver el monto prestado, excluyendo cualquier parte correspondiente a intereses.
Qué ocurre si no pagas un microcrédito
A continuación vamos a describir la secuencia de acontecimientos que pueden ocurrir si dejas de pagar un microcrédito.
- La empresa te reclamará los impagos y te cargará intereses de demora. Esto significa que las cantidades a devolver incrementarán.
- Si tras varias mensualidades sigues sin pagar dos cuotas, la empresa amenazará con iniciar un proceso judicial contra ti. En el caso de que no respondas a estas amenazas, la empresa iniciará el proceso judicial para reclamar la deuda.
- Además de iniciar un proceso judicial, también se te incluirá en un registro de morosos como puede ser ASNEF, Rai, Experian, o todos ellos a la vez.
- Si el juez determina que la deuda es legítima, puede ser que veas embargados tus salarios durante un tiempo para que puedas devolver el dinero. No obstante, como hemos comentado anteriormente, intenta siempre acogerte a la ley de usura: puede ser que el juez determine que la deuda es ilegal y, por tanto, solo tengas que devolver el dinero prestado sin los intereses.
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Otros posibles escenarios que pueden ocurrir
Dependiendo de la empresa en cuestión, una vez que se inicia el proceso judicial, es posible que esta decida ceder la deuda a una empresa de recobros para su gestión.
Una empresa de recobros se encarga de perseguir activamente la deuda a través de llamadas, mensajes de texto, correspondencia y correos electrónicos, realizando reclamaciones insistentes hasta que se haya saldado completamente.